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FAO

De la quema de residuos de cultivos a la bioenergía

Una mujer y un hombre trabajan el campo

La Guajira, la región más septentrional de Colombia, es seca y con paisajes desérticos. Propensa a las sequías y a la inseguridad alimentaria, en especial en las zonas rurales.

Cuando el sistema de alerta temprana de la FAO indicó una posible sequía, el personal de campo consultó con los agricultores con más probabilidades de verse afectados y así poder preparar planes de acción adaptados a sus necesidades.

Umer, un agricultor del norte del Pakistán, no ha permitido nunca que su discapacidad le impidiera alcanzar su objetivo de poner en marcha su propia explotación agrícola y mantener a su familia.

Habiendo huído de la guerra previamente, Ritah regresó de nuevo a Sudán del Sur. Ahora trabaja para la y ayuda a que sus paisanos encuentren y mantengan sus medios de vida. La familia de Ritah migró a Uganda cuando ella tenía 4 años. Una vez terminó sus estudios universitarios, orgullosa de ser sursudanesa, volvió a construir un futuro mejor para su país: "Creo firmemente que puedo contribuir a la paz y al desarrollo". Trabaja en primera línea, en el área de logística, un campo comúnmente dominado por hombres. 

“En el idioma dinka se dice que ‘Los hombres comen en primer lugar, luego las mujeres y, finalmente, los niños’, pero aquí nosotras, como mujeres, comemos junto a los hombres”. Apande Dut sonríe al comentar esto sentada con un grupo de mujeres bajo la sombra de un mango, descascarillando maníes mientras amamantan a sus hijos. Todas son miembros de un grupo agrícola predominantemente conformado por mujeres en Sudán del Sur. A través de sesiones dirigidas por la FAO, el grupo ha recibido aperos agrícolas, información y capacitación sobre agronomía que han implicado una mayor producción y diversificación de sus productos.

Prepararse para una invasión

La mecanización puede fortalecer la cadena de suministro de alimentos y abrir nuevos caminos profesionales para jóvenes y mujeres.

El "" es el informe emblemático que ofrece el progreso hacia la erradicación del hambre, el logro de la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición. Las proyecciones muestran que el mundo no está en camino de alcanzar el Hambre Cero para 2030  y que es probable que la seguridad alimentaria y el estado nutricional de los más vulnerables se deterioren aún más debido a la pandemia de COVID-19.

En Haití, la demanda de miel, por su uso en la medicina tradicional, ha aumentado notablemente durante la pandemia. La región de Bonbon, reconocida en el mundo de la apicultora, ha contado con el apoyo de la FAO para mejorar métodos de producción, estrategias de comercialización y aumentar sus ganancias. El sector se ha adaptado con éxito a las nuevas normas de funcionamiento causadas por el COVID-19. Esta es la historia de Hilarion.

 

Los agricultores panameños de la región de Los Santos estaban revitalizando el sector cafetero cuando llegó la pandemia, pero no han dejado que el COVID-19 aplace sus planes.

 

 

En las zonas más remotas de Angola, la ola de contagios por coronavirus que ha sacudido el mundo no ha llegado aún a las aldeas y comunidades agrícolas. Una nueva campaña conjunta lanzada por la y el Ministerio angoleño de Agricultura, tiene como objetivo que siga siendo así. En una aldea de la provincia de Malanje, en la región centro-norte del país, un grupo de campesinas llevan mascarilla y guardan entre ellas como mínimo un metro de distancia. Participan en una formación de las Escuelas de campo para agricultores sobre cómo prevenir la propagación de la COVID-19.

La ha lanzado un  mundiales, regionales y nacionales, para facilitar el trabajo de la formulación de políticas.

Los huertos verticales y los microhuertos han adquirido de nuevo gran popularidad en los últimos años, un hecho que la pandemia de COVID-19 . Ambos sistemas ofrecen oportunidades de buenos rendimientos para producir hortalizas de hoja verde y otros cultivos alimentarios de elevado valor. En Dakar, la FAO ha ayudado a impulsar los microhuertos como estrategia de alimentación y nutrición para los hogares pobres más vulnerables.

En medio de unas tasas alarmantes de deforestación y degradación forestal, es necesario tomar medidas urgentes para salvaguardar la biodiversidad de los bosques del mundo, advierte la última edición de El estado de los bosques del mundo. El subraya que la conservación de la biodiversidad depende enteramente de la forma en que interactuemos y utilicemos nuestros bosques. La salud de las personas es también la salud de nuestros ecosistemas.