Vivimos tiempos tensos. El cambio clim¨¢tico amenaza a miles de millones de personas en todo el mundo. El progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se est¨¢ ralentizando. Y 35 a?os despu¨¦s del fin de la Guerra Fr¨ªa, el mundo se est¨¢ reorganizando una vez m¨¢s en bandos enfrentados y fuertemente armados.
Parad¨®jicamente, estamos m¨¢s conectados que nunca. El multilateralismo puede parecer estar en retirada, pero la colaboraci¨®n global sigue siendo clave para abordar el cambio clim¨¢tico, los conflictos, los desacuerdos comerciales, las pandemias y otros desaf¨ªos apremiantes.
Para quienes crecieron con libertades pol¨ªticas limitadas, la democracia siempre ha sido un faro. No se trata solo de que los derechos democr¨¢ticos sean algo positivo en s¨ª mismos. La democracia tambi¨¦n ofrece el camino m¨¢s plausible y convincente hacia la justicia, la paz y el desarrollo equitativo, tanto dentro de las naciones como entre ellas.
Sin embargo, la democracia se encuentra bajo presi¨®n. En muchas regiones, el progreso socioecon¨®mico se ha estancado, las instituciones democr¨¢ticas enfrentan una crisis de legitimidad y las injusticias son persistentes. El populismo y la pol¨ªtica autoritaria resurge, mientras que los golpes de estado han vuelto a los titulares. Especialmente para las generaciones m¨¢s j¨®venes, los beneficios de la democracia se han vuelto menos evidentes.
Entonces, ?qu¨¦ podemos hacer? ?C¨®mo fortalecemos nuestras instituciones democr¨¢ticas nacionales para que fomenten la justicia, la paz y el desarrollo equitativo tanto en el pa¨ªs como en el extranjero?
En la Uni¨®n Interparlamentaria (UIP), la organizaci¨®n mundial de parlamentos, consideramos a las Naciones Unidas como una parte vital de esta ecuaci¨®n: un convocante de gobiernos, un foro para el di¨¢logo, un mecanismo para reducir la tensi¨®n y los malentendidos y un canal confiable para la transferencia de conocimientos y experiencia.
Marcando el octog¨¦simo aniversario de las Naciones Unidas, la UIP considera que su papel es m¨¢s importante que nunca. Al conectar la labor de las Naciones Unidas con la comunidad parlamentaria mundial, la UIP contribuye a acortar la distancia entre los compromisos internacionales y su implementaci¨®n a nivel nacional.
Desde este punto de vista se destacan tres prioridades.
Proteger el di¨¢logo, una de las mayores fortalezas de la democracia
En primer lugar, proteger y promover el proceso de di¨¢logo. Una de las mayores fortalezas de la democracia es su dependencia del di¨¢logo, con el parlamento en el centro del debate de ideas contrapuestas para alcanzar un mejor resultado. El di¨¢logo tambi¨¦n fomenta la confianza y el entendimiento, condiciones esenciales para la paz.
Lamentablemente, la calidad de este di¨¢logo est¨¢ bajo ataque, con narrativas de odio y desinformaci¨®n que se propagan r¨¢pidamente por las redes sociales y el espacio pol¨ªtico. Mientras que el discurso de odio se dirige a las minor¨ªas, el contenido enga?oso socava la eficacia de las medidas ¡ªpor ejemplo, en materia de cambio clim¨¢tico o vacunas¡ª, a la vez que erosiona la confianza en las instituciones p¨²blicas. En el peor de los casos, estas mentiras est¨¢n matando gente.

Para fortalecer nuestras instituciones democr¨¢ticas nacionales, debemos promover el proceso de di¨¢logo. Esto implica invertir en j¨®venes pol¨ªticos, partidos de oposici¨®n, medios de comunicaci¨®n y la sociedad civil; establecer normas para un di¨¢logo respetuoso y basado en la evidencia; promover la idea de que el di¨¢logo no es una debilidad, sino una condici¨®n esencial para la paz; y predicar con el ejemplo.
Construir instituciones m¨¢s inclusivas para democracias m¨¢s fuertes
La segunda prioridad es garantizar una participaci¨®n justa e inclusiva. El di¨¢logo funciona mejor cuando todos participan. La participaci¨®n pol¨ªtica justa significa que cada voz cuenta y genera una influencia significativa. Cuando todos est¨¢n representados, el proceso pol¨ªtico produce los mayores beneficios posibles, no solo resultados para la ¨¦lite pol¨ªtica. Mientras que la exclusi¨®n alimenta el agravio pol¨ªtico, la inclusi¨®n fortalece la legitimidad, la estabilidad y la resiliencia del sistema.
A nivel mundial, el 10 por ciento m¨¢s rico de la poblaci¨®n genera aproximadamente la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, mientras que los m¨¢s pobres sufren los impactos m¨¢s graves. La evasi¨®n fiscal de las multinacionales priva a muchos pa¨ªses en desarrollo de ingresos para salud y educaci¨®n. Miles de millones de personas a¨²n carecen de acceso a internet y otras tecnolog¨ªas vitales. Mientras tanto, algunos pa¨ªses m¨¢s ricos dudan en financiar la adaptaci¨®n clim¨¢tica en el extranjero o en aceptar migrantes desplazados por las crisis.
Tales injusticias no pueden ser pol¨ªticamente sostenibles. En alg¨²n momento, llegar¨¢ una reacci¨®n adversa. Cuando las instituciones no logran resultados justos, alimentan la desconfianza y el conflicto. La justicia social es la base de la paz, la prosperidad y la sostenibilidad.
La UIP tiene clara la necesidad de inclusi¨®n: nos esforzamos por ampliar la participaci¨®n de mujeres y j¨®venes y, al trabajar con todos los parlamentarios, incorporamos las voces de la oposici¨®n al di¨¢logo global. A nivel nacional, es necesario redoblar los esfuerzos para garantizar que los sistemas electorales traduzcan los votos de forma justa en esca?os, que las voces de las minor¨ªas est¨¦n representadas, incluidas las de las personas con discapacidad, y que la transparencia y la rendici¨®n de cuentas se extiendan a todo el sistema pol¨ªtico, incluso en relaci¨®n con las donaciones pol¨ªticas.

El di¨¢logo no es suficiente, la democracia debe dar resultados
La tercera y ¨²ltima prioridad es apoyar a nuestras instituciones democr¨¢ticas para que cumplan con sus funciones. El di¨¢logo y la participaci¨®n son vitales, pero las democracias tambi¨¦n deben cumplir. Cuando los gobiernos no proporcionan seguridad, empleo, salud, educaci¨®n ni entornos limpios, la fe en la democracia se erosiona. El populismo y los golpes militares prosperan.
La UIP trabaja a diario para apoyar a los parlamentos en la entrega de los resultados. Les ayudamos a supervisar a sus gobiernos, a conectarse con la labor de las Naciones Unidas en materia de desarrollo sostenible, paz y seguridad, a aprobar leyes para implementar los ODS y a acceder a los datos y la pericia m¨¢s recientes.
Mientras las Naciones Unidas llevan a cabo sus propias reformas, debemos garantizar que los parlamentos sigan teniendo acceso a su vasta experiencia t¨¦cnica en un momento en que, en algunos pa¨ªses, presenciamos un ataque a la ciencia y al propio conocimiento. Estos ataques se encuentran entre las amenazas m¨¢s graves para el logro de los ODS. No deber¨ªa ser necesario decirlo en el siglo XXI, pero debemos proteger la verdad, el conocimiento y la ciencia.
La teor¨ªa pol¨ªtica ha sugerido desde hace tiempo que es improbable que las verdaderas democracias se enfrenten entre s¨ª, y la evidencia parece confirmarlo. Al proteger y fortalecer las instituciones democr¨¢ticas, aumentamos las posibilidades de justicia, paz y desarrollo equitativo.
El D¨ªa Internacional de la Democracia, que se celebra cada a?o el 15 de septiembre gracias a la iniciativa de la UIP, es un buen momento para hacer un balance de la democracia.
S¨ª, la democracia es desordenada e imperfecta, pero es el sistema que fomenta el di¨¢logo, la inclusi¨®n y la entrega para mejorar la vida de las personas, s¨®lo puede fortalecerse.
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