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Mi mensaje desde Hiroshima

Hace 77 a?os, la poblaci¨®n de Hiroshima y Nagasaki fue atacada con armas nucleares.

En un abrir y cerrar de ojos, perdieron la vida decenas de miles de mujeres, ni?os y hombres incinerados en un fuego infernal, se destruyeron todos los edificios y se ti?eron de sangre los hermosos r¨ªos de las dos ciudades.

El bombardeo nuclear conden¨® a vivir con un legado radiactivo a quienes sobrevivieron, lo que les gener¨® infinidad de problemas de salud y los estigmatiz¨® de por vida. 

Tuve el gran honor de reunirme con un grupo de esos supervivientes, los hibakusha, cuyo n¨²mero se reduce a medida que pasan los a?os, quienes me contaron, con una valent¨ªa inquebrantable, lo que presenciaron aquel terror¨ªfico d¨ªa de 1945.

Es hora de que los l¨ªderes mundiales tengan una visi¨®n tan clara como los hibakusha y reconozcan lo que son realmente las armas nucleares, es decir, que no tienen ning¨²n sentido ni ofrecen ning¨²n tipo de seguridad, protecci¨®n ni resguardo, sino que solo generan muerte y destrucci¨®n.

Han pasado tres cuartos de siglo desde que los hongos nucleares se erigieron sobre Hiroshima y Nagasaki. Desde entonces, la humanidad ha atravesado una Guerra Fr¨ªa, decenios de absurdas argucias y varios cuasiaccidentes aterradores que habr¨ªan podido aniquilar a la humanidad.

No obstante, incluso durante las fases m¨¢s tensas de la Guerra Fr¨ªa, las potencias nucleares redujeron significativamente su arsenal nuclear. Hab¨ªa amplio consenso en contra de su utilizaci¨®n y la proliferaci¨®n de las armas nucleares y los ensayos nucleares.   

Hoy d¨ªa, corremos el riesgo de olvidar lo que aprendimos de lo que sucedi¨® en 1945.

Est¨¢ cobrando fuerza una nueva carrera armamentista, en la que los Gobiernos gastan cientos de miles de millones de d¨®lares para mejorar su arsenal nuclear. En todo el mundo, los arsenales nucleares suman cerca de 13.000 armas. Desde Oriente Medio, pasando por la pen¨ªnsula de Corea, hasta la invasi¨®n de Ucrania perpetrada por Rusia, se est¨¢n propagando con rapidez crisis geopol¨ªticas que presentan graves matices nucleares.

Una vez m¨¢s, la humanidad est¨¢ jugando con fuego. Solo una equivocaci¨®n, un malentendido, un error de c¨¢lculo nos separan del Apocalipsis.

Los l¨ªderes deben dejar de tomarse a la ligera la posibilidad de la hecatombe y eliminar la opci¨®n nuclear de una vez por todas.

Es inaceptable que los Estados que poseen armas nucleares acepten la posibilidad de que se desate una guerra nuclear, que supondr¨ªa el fin de la humanidad.

Por otra parte, los pa¨ªses que poseen armas nucleares deben tomar la determinaci¨®n de no ser los primeros en emplearlas, tranquilizar a los Estados que no poseen armas nucleares comprometi¨¦ndose a que no las utilizar¨¢n ¡ªni los amenazar¨¢n con utilizarlas¡ª contra ellos y ser transparentes en todo momento. Hay que acabar con los tambores de guerra nuclear.

En definitiva, solo hay una forma de resolver el problema de la amenaza nuclear: no tener ning¨²n tipo de armas nucleares. En otras palabras, hay que habilitar todas las v¨ªas de di¨¢logo, diplomacia y negociaci¨®n para aliviar las tensiones y eliminar esas mort¨ªferas armas de destrucci¨®n masiva. 

Hay nuevos signos de esperanza en Nueva York, donde el mundo se ha reunido para la D¨¦cima Conferencia de las Partes encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferaci¨®n. El Tratado es uno de los motivos principales por los que no se han empleado armas nucleares desde 1945, puesto que establece compromisos jur¨ªdicamente vinculantes para lograr el desarme nuclear y puede llegar a ser un poderoso catalizador del desarme: la ¨²nica forma de eliminar esas horrendas armas para siempre.

Adem¨¢s, en junio, los miembros del Tratado sobre la Prohibici¨®n de las Armas Nucleares se reunieron por primera vez para elaborar una hoja de ruta con el prop¨®sito de lograr un mundo libre de esos dispositivos apocal¨ªpticos.

No podemos seguir aceptando que las armas nucleares pongan en jaque el futuro de la humanidad.

Ya es hora de tener en cuenta el mensaje intemporal de los hibakusha: ¡°?No m¨¢s Hiroshimas! ?No m¨¢s Nagasakis!¡±

Es hora de que prolifere la paz.

Juntos, paso a paso, eliminemos estas armas de la faz de la tierra. 
via: Corriere della Sera